Estudio de la Atalaya | Ayudemos de inmediato a quienes tienen “la actitud correcta” | Semana del 1 a 7 Diciembre
1. ¿De qué maneras reaccionan las personas cuando les predicamos? (Hechos 13:47, 48; 16:14, 15).
- En el ministerio encontramos personas que reaccionan de inmediato, igual que en el siglo primero. Algunas escuchan el mensaje, lo comparan con su vida y sienten alegría al descubrir que la Biblia tiene respuestas. Hechos 13:47, 48 muestra que muchos aceptaron rápidamente, porque estaban buscando la verdad. Hoy ocurre igual: hay quienes reciben las buenas noticias desde la primera conversación porque su corazón ya está preparado.
- Hay personas que, como Lidia en Hechos 16:14, escuchan con atención y luego Jehová abre su corazón. A veces no reaccionan con entusiasmo de inmediato, pero muestran respeto, hacen preguntas y, con el tiempo, desarrollan interés sincero. Esto nos enseña que una reacción moderada inicial no significa falta de disposición espiritual.
- También encontramos quienes parecen indiferentes la primera vez, pero después de varias visitas se abren. Algunos necesitan tiempo para confiar o para superar ideas previas sobre religión. Con paciencia y trato amable, muchos terminan estudiando y progresando. La variedad de reacciones recuerda que cada persona tiene un proceso único.
2. ¿En qué sentido puede decirse que predicar es como cuidar de una huerta?
- Predicar es como cultivar una huerta porque no solo sembramos, sino que también cuidamos y observamos el crecimiento. Cada conversación es como regar una semilla. Algunas germinan rápido y otras requieren más tiempo. Igual que un agricultor conoce las necesidades de cada planta, nosotros reconocemos que cada persona progresa según su disposición espiritual.
- En una huerta, el agricultor puede encontrar una planta lista para cosechar mientras aún está sembrando. Jesús explicó este principio cuando habló de los campos listos para la siega. En el ministerio ocurre algo similar: mientras cultivamos a unos, encontramos a otros que ya están listos para aceptar el mensaje. Esto nos enseña a actuar rápido cuando vemos un corazón dispuesto.
- El agricultor distingue qué plantas necesitan cuidado y cuáles ya están a punto para dar fruto. En el ministerio hacemos lo mismo al identificar si una persona necesita más cultivo o si ya está lista para un curso bíblico. Esto nos ayuda a usar bien el tiempo y a ofrecer ayuda personalizada.
3. Si estamos predicando y encontramos a una persona interesada en el mensaje, ¿qué podemos hacer? (1 Corintios 9:26).
- Si alguien muestra interés, lo ideal es actuar de inmediato, tal como Pablo dijo que servía con propósito y sin “dar golpes al aire”. Podemos ofrecer un curso bíblico en esa misma conversación, explicar brevemente cómo funciona y mostrar una lección. Esto aprovecha su motivación inicial y demuestra que estamos listos para ayudar.
- También es conveniente invitarla a una reunión cristiana cuanto antes. Muchas personas fortalecen su interés cuando ven un ambiente espiritual en acción. Podemos mencionar el tema del discurso público o un punto atractivo del Estudio de La Atalaya. Esa invitación temprana puede impulsar su progreso espiritual.
- Además, podemos escuchar brevemente sus dudas y responder con un texto bíblico. Esto crea una conexión personal, demuestra respeto por sus inquietudes y puede ser el paso decisivo para que acepte estudiar.
4. ¿Qué experiencia muestra que hay personas dispuestas a aceptar un curso bíblico desde el primer momento?
- El caso de la joven en Canadá muestra que algunas personas están totalmente listas desde el primer contacto. Ella tomó un folleto, preguntó por el curso y comenzó a enviar mensajes ese mismo día. Propuso empezarlo al día siguiente y lo hizo. Ese tipo de disposición indica que Jehová ya había preparado su corazón.
- Además de aceptar el curso, la joven asistió a su primera reunión el mismo fin de semana y avanzó con rapidez. Esto demuestra que cuando una persona tiene verdadera sed espiritual, aprovecha de inmediato las oportunidades. Su ejemplo nos recuerda que debemos estar atentos y disponibles.
- Esta experiencia también enseña la importancia de responder con rapidez y organización: tener materiales listos, horarios disponibles y disposición para dar seguimiento inmediato. La prontitud puede marcar la diferencia en su progreso.
5. ¿Qué debemos tener presente al ofrecer un curso bíblico?
- Debemos recordar que no todos aceptarán un curso en la primera conversación. Algunos necesitan hablar sobre un tema que les preocupa antes de considerar estudiar la Biblia. Cuando conectamos con algo importante para ellos, se sienten comprendidos y más dispuestos a aprender. Escuchar bien abre puertas.
- Es importante mantener una actitud amable y positiva. Un tono amistoso y respetuoso puede influir mucho en la decisión de la persona. Cuando siente que queremos ayudarla y no imponer nada, está más dispuesta a aceptar. Nuestra conducta puede ser la llave que abre su corazón.
- Conviene explicar el curso de manera sencilla. Mostrar una lección, leer un párrafo breve y hacer una pregunta fácil ayuda a la persona a ver que el estudio es práctico y sencillo. Esto elimina temores y hace que se anime a comenzar.
6. ¿Qué podemos hacer para que la persona nos permita volver para seguir hablando de la Biblia?
- Puede ser mejor evitar palabras como “curso” o “estudio” y usar expresiones más suaves como “seguimos conversando otro día”. Esto reduce la sensación de compromiso y hace que la persona vea la conversación como algo natural y agradable. La suavidad puede abrir más puertas.
- Podemos decir algo que despierte su curiosidad, como: “La Biblia responde preguntas que uno se ha hecho toda la vida”. Estas frases generan interés inmediato y hacen que la persona quiera escuchar más. La curiosidad es una herramienta poderosa.
- También ayuda proponer un tiempo breve, como 10 o 15 minutos. Esto muestra respeto por su agenda y elimina la idea de que la visita será larga o pesada. Cuando ve que el tiempo es razonable, es más probable que acepte que volvamos.
7. ¿Cuándo se dan cuenta algunas personas de que han encontrado la verdad? (1 Corintios 14:23–25).
- Algunas personas lo reconocen cuando asisten a una reunión cristiana. En tiempos de Pablo, quienes entraban podían sentir que Dios estaba realmente entre los cristianos. Hoy, al ver un ambiente ordenado, amoroso y centrado en la Biblia, muchos sienten que han encontrado algo auténtico y diferente a cualquier experiencia anterior.
- Otra razón es la enseñanza clara. Cuando un visitante ve cómo se explica y se aplica la Biblia de manera práctica, comprende que no está frente a rituales vacíos, sino a un aprendizaje real. Esa claridad puede tocar el corazón y despertar el deseo de seguir asistiendo.
- Muchos también perciben una paz y una unidad que no habían visto antes. En un mundo lleno de conflictos, ver un grupo de personas unidas por principios bíblicos puede ser una señal clara de que han encontrado la verdad que estaban buscando.
8. Si invitamos a una persona a una reunión, ¿qué podemos explicarle? (Isaías 54:13).
- Podemos explicarle que nuestras reuniones están diseñadas para aprender directamente de Dios, como menciona Isaías 54:13. Son didácticas, prácticas y centradas en la Biblia. Esto elimina ideas equivocadas y prepara su mente para disfrutar la experiencia.
- También podemos destacar que la congregación funciona como una familia espiritual donde todos procuran conocerse. Muchas personas se sorprenden al ver que sus nombres importan y que reciben afecto sincero. Esta cercanía los hace sentir valorados.
- Conviene explicar que no hablamos de política ni hacemos colectas. Esto tranquiliza a quienes han tenido malas experiencias religiosas y les demuestra que nuestras reuniones son limpias, neutrales y enfocadas únicamente en la adoración a Dios.
9 y 10. Si invitamos a alguien a una reunión, ¿qué podemos decirle para ayudarlo a vencer sus posibles temores?
- Podemos asegurarle que nadie lo presionará para hacerse testigo de Jehová. Algunas personas temen ser obligadas a participar o cambiar de religión, así que aclarar que puede escuchar tranquilamente elimina ese miedo y lo invita a asistir con serenidad.
- También podemos explicar que no hacemos colectas ni pedimos dinero, siguiendo el principio dado por Jesús de dar gratis. Esto sorprende positivamente a muchos visitantes y les demuestra que no hay intereses económicos ni presiones en nuestras reuniones.
- Si le preocupa su ropa, podemos asegurarle que Dios ve el corazón y no la apariencia. Esto hace que las personas se sientan libres de asistir aun si no tienen ropa especial. Sentirse aceptados tal como son aumenta la probabilidad de que vuelvan.
- Si asiste, podemos presentarla a algunos hermanos, ayudarle a seguir la reunión y compartir nuestra Biblia si la necesita. Este apoyo amable reduce su ansiedad y lo hace sentir acompañado, creando un ambiente cálido que querrá repetir.
11. ¿Cómo mostramos que respetamos el tiempo de la persona?
- Podemos respetar su tiempo llegando puntualmente. Aunque en algunas culturas no se dé mucha importancia a la puntualidad, cumplir lo prometido muestra seriedad y consideración. Esto fomenta confianza desde la primera visita.
- Mantener la primera sesión breve y clara también demuestra respeto. No extendernos más de lo acordado evita que la persona se canse o se sienta comprometida más allá de lo que esperaba. Esa experiencia positiva la animará a continuar.
- Evitar hablar demasiado y permitir que la persona se exprese crea un ambiente equilibrado. Proverbios 10:19 nos recuerda que hablar demasiado puede ser contraproducente. Escuchar con atención fortalece la relación desde el inicio.
12. ¿Cuál debe ser nuestro objetivo desde la primera clase?
- Desde la primera clase debemos ayudar a la persona a conocer y amar a Jehová y a Jesús. Esto significa usar siempre la Biblia como base. Cuando el estudiante ve que aprendemos directamente de la Palabra de Dios, siente seguridad y claridad desde el principio.
- Debemos centrar la enseñanza en Jesús, tal como hizo Pablo, quien predicaba sobre Cristo de manera sencilla y directa. Conocer a Jesús ayuda al estudiante a comprender mejor el amor, la justicia y la personalidad de Jehová, creando una base espiritual sólida.
- También debemos ayudar al estudiante a desarrollar cualidades espirituales valiosas como fe, sabiduría y discernimiento. La Biblia compara estas cualidades con cosas preciosas, y desde el inicio podemos mostrarle cómo aplicarlas en su vida diaria para fortalecer su amistad con Jehová.
13. ¿Cómo podemos ser pacientes y comprensivos con el estudiante? (2 Corintios 10:4, 5).
- Evitamos hacer preguntas que lo hagan sentir incómodo o avergonzado. Si notamos señales de incomodidad, podemos suavizar la explicación o cambiar el enfoque. Este cuidado crea un ambiente seguro donde la persona puede aprender sin miedo a equivocarse.
- Si no entiende un punto, es mejor avanzar y retomarlo después. Forzar la comprensión puede generar frustración. Retomar más adelante permite que la persona absorba las ideas con mayor tranquilidad y comprensión.
- Recordamos que algunas creencias erróneas son como fortalezas mentales, según 2 Corintios 10:4, 5. No se derriban rápido. La persona necesita tiempo para asimilar nuevos conceptos y confiar en Jehová como su refugio. Ser comprensivos facilita este proceso.
- Cuando una persona lucha por aceptar una enseñanza, no la presionamos. Jesús mismo dijo que hay cosas que la gente no puede soportar al principio. Dar tiempo permite que la verdad llegue al corazón y produzca cambios duraderos.
14. ¿Cómo debemos tratar a quienes vienen a nuestras reuniones?
- Debemos tratarlos con imparcialidad, sin importar su apariencia, nivel económico o cultura. Santiago 2:1–4 muestra que el favoritismo es contrario al espíritu cristiano. Tratar con igualdad refleja el amor de Jehová y hace sentir valorado al visitante.
- Una bienvenida amable, una sonrisa y un saludo cálido pueden marcar la diferencia. Los visitantes notan rápidamente si están en un lugar donde reina el respeto. Esta primera impresión puede influir en su deseo de volver.
- Es esencial evitar cualquier comentario o actitud que haga sentir a la persona que no pertenece. La humildad y la discreción crean un ambiente donde todos se sienten parte de una familia espiritual.
15, 16. ¿Qué podemos hacer para que los nuevos se sientan a gusto?
- Podemos saludarlos amistosamente, ofrecerles un asiento y ayudarlos a seguir la reunión. Si no tienen Biblia o publicaciones, compartir las nuestras demuestra atención y consideración. Esos pequeños gestos transmiten amor sincero.
- Explicar brevemente lo que ocurrirá en la reunión ayuda a que no se sientan perdidos. Presentarlos a algunos hermanos puede darles seguridad, pero sin abrumarlos. Este balance entre amabilidad y respeto favorece que vuelvan con gusto.
- Debemos evitar comentarios que puedan ofender sus creencias o experiencias. Tito 3:2 aconseja hablar con apacibilidad. El respeto es clave para que se sientan seguros. La forma en que hablamos puede ser decisiva para su primer recuerdo del Salón del Reino.
17. ¿Cuál debe ser nuestra meta si encontramos a alguien que tiene “la actitud correcta”?
- Nuestra meta es ofrecerle un curso bíblico de inmediato. Una persona con la actitud correcta está lista para aprender y no debemos dejar pasar ese momento. Un curso puede ser el primer paso para una relación duradera con Jehová.
- También queremos invitarla a las reuniones, donde verá el amor y la organización de la congregación. Esta experiencia puede fortalecer su convicción y acelerar su progreso espiritual, ayudándola a crecer más rápido en la verdad.
- Debemos ayudarla a comenzar el camino estrecho que lleva a la vida. Guiarla con paciencia, responder sus dudas y animarla puede marcar la diferencia entre un interés pasajero y una decisión firme de acercarse a Dios.
PREGUNTAS FINALES
• ¿Qué podemos hacer durante la primera conversación si vemos que la persona tiene “la actitud correcta”?
- Podemos ofrecer un curso bíblico inmediatamente, explicando brevemente cómo funciona y mostrando una lección. Esto aprovecha su interés y establece una base sólida para seguir conversando.
- Podemos invitarla a una reunión, mencionando el discurso público o algún punto atractivo. Asistir pronto puede fortalecer su motivación y confirmar que ha encontrado un ambiente espiritual auténtico.
- Podemos escuchar una inquietud suya y responder con un texto bíblico. Esta atención personal demuestra que queremos ayudarla y puede ser el impulso que necesita para empezar a estudiar.
• Si empezamos a darle clases de la Biblia a una persona, ¿qué sugerencias podemos aplicar desde la primera lección?
- Ser puntuales y mantener la sesión breve muestra respeto por su tiempo. Una primera experiencia positiva puede motivarla a continuar con regularidad.
- Enseñar únicamente con la Biblia, sin opiniones personales, ayuda a que la persona entienda que el estudio tiene una base divina y confiable. Esto fortalece su confianza desde el inicio.
- Escucharla con atención y permitirle participar crea un ambiente cómodo. Esa libertad para expresarse es fundamental para que sienta que el estudio es un espacio seguro.
• ¿Qué podemos hacer para que las personas que vienen a nuestras reuniones se sientan a gusto?
- Saludarlas con calidez, ofrecerles asiento y compartir nuestras publicaciones les hace sentir bienvenidas y acompañadas. Esa atención inicial es clave para su comodidad.
- Evitar comentarios sobre otras creencias y mantener un tono respetuoso crea un ambiente seguro para los visitantes. Esto reduce temores y facilita que disfruten de la reunión.
- Presentarlas a algunos hermanos o ancianos, y ayudarlas a seguir el programa si lo desean, les da seguridad y muestra el espíritu amoroso de la congregación.