Uncategorized

Seamos mejores maestros | Haga Discípulos | 1 a 7 Diciembre

Seamos mejores maestros haga discípulos

Lucía:

—Hola, Sofía. Qué alegría verte hoy. ¿Cómo te ha ido esta semana?

Sofía:

—Hola, Lucía… pues, la verdad, no muy bien. Mi familia está empezando a molestarse porque estoy estudiando la Biblia. Dicen que estoy cambiando demasiado.

Lucía:

—Siento mucho que estés pasando por eso. Me imagino que debe doler, porque tú amas a tu familia.

Sofía:

—Sí… yo no quiero problemas con ellos. Pero también quiero seguir aprendiendo. Es difícil.

Lucía:

—Te entiendo perfectamente. Muchos que hoy sirven a Jehová pasaron por algo parecido. Incluso Jesús dijo que algunas personas enfrentarían oposición en su propia casa por seguirlo. Pero también prometió paz y apoyo para quienes confían en él.
(Pausa suave)
Sofía, ¿qué es lo que más te preocupa de la reacción de tu familia?

Sofía:

—Creo que lo que más me duele es que piensen que estoy haciendo algo malo. O que ya no me importan ellos. Yo no quiero que lo vean así.

Lucía:

—Eso muestra tu buen corazón. Y sabes… es normal que al principio la familia no entienda los cambios. A veces sienten miedo de perder a la persona o no comprenden lo que estás aprendiendo.
Pero dime, ¿ellos han visto algún cambio positivo en ti desde que empezaste el curso?

Sofía:

—Sí, mi mamá me dijo hace poco que me ve más tranquila. Y mi hermano dijo que estoy más paciente.

Lucía:

—¡Eso es maravilloso! Es justamente el tipo de fruto que la Biblia dice que empezamos a producir cuando dejamos que Jehová nos enseñe.
Quizás una buena forma de ayudar a tu familia es recordarles esos cambios positivos. No con sermones, claro, sino con tu manera de tratarles.

Sofía:

—Sí… creo que a veces me pongo muy nerviosa y eso no ayuda.

Lucía:

—Es normal. Pero quiero que sepas algo muy importante.
(Tono suave pero franco)
Si quieres seguir progresando, incluso hacia el bautismo en el futuro, habrá momentos en que tendrás que decidir lo que Jehová espera de ti. Y no siempre será fácil. ¿Cómo te sientes al escuchar eso?

Sofía:

—Me da un poco de miedo… pero también sé que lo que he aprendido es verdad. Y no quiero dejarlo.

Lucía:

—Eso demuestra tu fe, Sofía. El miedo es normal. Por eso la Biblia dice en Isaías 41:10:
“No tengas miedo, porque yo estoy contigo. No te angusties, porque yo soy tu Dios.”
Jehová te acompaña incluso cuando la familia no entiende todavía.

Sofía:

—Ese texto siempre me anima… Gracias por recordármelo.

Lucía:

—Con gusto. Y quiero ayudarte a identificar algo para que puedas seguir progresando.
¿Sientes que la oposición de tu familia te está frenando de hacer algunas cosas que sabes que Jehová quiere que hagas?

Sofía:

—Sí… he dejado de estudiar algunos días por evitar que me digan algo. Y no he orado tanto como antes.

Lucía:

—Gracias por tu sinceridad. Escucha esto con cariño:
Para seguir avanzando, necesitas mantenerte cerca de Jehová, especialmente ahora. Él te dará la fuerza que te falta.
Quizás podrías escoger un momento tranquilo del día para estudiar, cuando tu familia no esté tan pendiente. ¿Crees que eso podría funcionar?

Sofía:

—Sí. Puedo hacerlo temprano en la mañana antes de que todos se levanten.

Lucía:

—Es una excelente idea. Y quiero ayudarte aún más:
Si alguna vez te sientes desanimada, llámame o mándame un mensaje. No estás sola en esto. Jehová está contigo, y yo también quiero acompañarte en tu progreso.

Sofía:

—Gracias, Lucía. De verdad me ayuda mucho hablar contigo.

Lucía:

—Me alegra oír eso, Sofía. Antes de que nos vayamos, ¿qué te parece si hacemos una oración breve para pedirle a Jehová valor y sabiduría? Él escucha con atención cuando alguien quiere hacer lo correcto.

Sofía:

—Sí, me gustaría mucho.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *